El blackjack, un juego de película

El blackjack, un juego de película

 

El mundo de los casinos siempre ha sido fascinante. Y esto es algo que el cine, y en especial Hollywood, ha sabido aprovechar. Son muchas las películas cuyas tramas tienen como escenario estas salas de azar y, en ocasiones, incluso, los films se basan en hechos reales que tuvieron lugar en alguno de los muchos casinos que existen en el mundo.

Un buen ejemplo de ello es la película “21: Blackjack”, dirigida  en 2008 por el australiano Robert Luketic y protagonizada por Jim Sturgess y Kevin Spacey, entre otros. El film, basado en una historia real, cuenta cómo un grupo de estudiantes del Instituto Tecnológico de Massachussets se embarca en un viaje de fin de semana a Las Vegas con un objetivo muy claro: implementar un sistema para contar las cartas en una partida de blackjack y conseguir derrotar siempre a la banca.

La película, que en más de una ocasión aparece entre los diez mejores títulos cinematográficos del género de casinos, hace reflexionar al espectador sobre hasta dónde es capaz de llegar el ser humano por sus ansias de ganar.  Pero también dio a conocer a través de la gran pantalla la emoción que esconde un juego de cartas tan sencillo como, a primera vista, puede parecer el blackjack o también llamado “veintiuno”.

Afortunadamente, no necesitamos ser unos ases en matemáticas, como lo eran los protagonistas de esta historia, ni viajar hasta Las Vegas para saber si somos capaces de que nuestras cartas se acerquen lo máximo posible, pero sin pasarse, a 21. Basta con visitar algún casino online y empezar a jugar al blackjack de forma virtual, desde un ordenador o un dispositivo móvil.  Además, en los portales referentes en el sector del juego online, generalmente es posible jugar de forma gratuita y elegir qué modalidad, la europea o la americana, se adapta más a nuestra habilidades.

El blackjack es un juego muy antiguo y de sencillas normas pero que aporta elevadas dosis de emoción y diversión. Si el cine de Hollywood ha apostado por él… ¿A qué esperas para descubrirlo?

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